El trasplante de nuestras plantas a una maceta más hermosa o adecuada causa un impacto directo a la salud, tanto de ellas, como de nosotros.
En la jardinoterapía, el trasplante nos relaja, ya que “chineamos” a nuestras plantas y sabemos que van a crecer más fuertes y se verán mejor. Sin embargo, cambiar de ambiente, recibir otra luz y descubrir raíces no siempre es lo más cómodo. Por esta razón, hay que tener en cuenta ciertos elementos para una adaptación resiliente.
- Conocer la planta: el tamaño y la profundidad de la raíz, la altura que puede alcanzar, si es arbustiva o erecta, el riego que requiere, la luz que disfruta, el suelo que le gusta. Hay muchísima diversidad entre plantas.
- Reconocer la necesidad de trasplante: La exposición de las raíces, la deformación de la maceta, el volcamiento involuntario y falta de proporción entre la planta el macetero son indicadores claves para trasplantar.
- Tipo de sustrato: Para plantas tolerantes a sequía, suelos arenosos con elementos de distintos tamaños y para las amantes de humedad, suelos arcillosos y ricos en materia orgánica. Por esto es importante conocer la planta.
- Tiempo de trasplantar: Si recién compramos la planta, es mejor esperar para que se acostumbre y se adapte al clima de nuestra casa. Después de una semana ya puede trasplantar. Si la planta esta floreando, es mejor esperar porque el estrés detendrá o retrasará la floración. Hacerlo cuando la intensidad del sol sea baja y en días frescos.
- El lugar de trasplante: Para hacer el trasplante en el suelo del jardín hay que verificar la profundidad, la luz, el suelo. En maceta es vital conocer los tipos que hay y así encontrar la que más se adecúa a las necesidades de nuestra planta.
- Revisión de raíces: Aprovechando que descubrimos las raíces, es importante revisarlas, hay muchos hongos de suelo o daños en las raíces que perjudican a las plantas. Se revisa la humedad de las raíces (se recomienda que estén humedad antes del trasplante), eliminamos el suelo muy compacto o desenredamos las raíces para que crezcan con mayor libertad en el nuevo suelo.
Con estos cuidados podemos darles una casa nueva a nuestras plantas, sabiendo que tendrán un proceso y desarrollo llevadero y adaptativo para expandirse y crecer, generando esa satisfacción natural hacia nosotras.
Artículo escrito por la agrónoma Ximena Vargas, experta en jardinería de Sol Naciente